domingo, 27 de noviembre de 2011
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Amar incansanblemente, respirar para amar como si apenas se estuviera deleitando la primera y última gota de agua sobre la tierra. Respirar para amar cuando depronto en la soledad se asoma la lucidez profunda de las notas musicales... Cuando un niño valiente escapa de su rosa para regresar a ella en la nimiedad de la muerte... Cuando un soneto de dulces, oscuridad y leteo se atraviesa entre el yo y las sombras para recordar que existe... Cuando resuena el temor, o cuando permanece la ausencia... Amar y continuar amando en la risa y en la calidez, en el eterno... eterno abrazo, en la noche y en la piel, en la complicidad y en la perpetuidad insolente de la caricia....
sábado, 8 de octubre de 2011
Dolor de patria
Doña Rigoleta es una señora de 5o y tantos con un padre que pertenece a una banda delincuencial, que vende drogas, prostituye y viola niñas, dejándolas embarazadas para luego no responder por ellas, se roba las cosas de la casa y luego las vende al mejor postor, miente enfermizamente, manipula a los que son manipulables para que tomen las decisiones que engorden sus conveniencias, y a los no manipulables, fácil: les mata. En la mañana, se baña, se perfuma con su perfume francés, ese que pagó con lo que le robó a doña Rigoleta, se lava los dientes enchapados en oro, se pone una cadena con un cristo en medio, va a su altar personal y si es posible a una iglesia, para que la virgencita le ayude en todas las "vueltas" que tiene que hacer ese día.. Se monta en la moto que le robó a otro, y en esa misma moto, sigue robando... en esa misma moto,sigue matando... Al final del día se emborracha con "amigos", ve satisfecho la televisión (RCN y caracol, sus preferidos), se deleita viendo a Vicky Dávila y demás, y se acuesta a dormir después de una buena comilona... la cual no comparte con doña Rigoleta a pesar de estar en la misma casa... a pesar de que mira con desdén como aguanta hambre... total, ella tiene la culpa... todos los pobres tienen la culpa de serlo... La gente del barrio lo quiere y lo respeta, claaaro, como no va a ser, si mató a los mariguaneros de la esquina, si picó en pedacitos a las putas del bar, si calló a los sapos que andan en contra del político que los invitó a tamales. La gente lo quiere mucho, y están pensando incluso en hacerle un monumento... porque ese si que es un colombiano de bien.... Ay colombia, cuanto te parecés a ese señor... Colombianos, cualquier parecido con doña Rigoleta, es pura coincidencia.
Pd: me niego a ponerle mayúsculas a esta pseudonación apodada colombia, a menos de que las normas ortográficas así lo obliguen (después de punto).
Pd: me niego a ponerle mayúsculas a esta pseudonación apodada colombia, a menos de que las normas ortográficas así lo obliguen (después de punto).
miércoles, 17 de agosto de 2011
martes, 9 de agosto de 2011
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Y la noche se hizo cuando tus pupilas me arrastraron el alma hacia el ecléctico espacio que nos delimita en un abrazo....
jueves, 7 de julio de 2011
LISTADO DE COSAS INÚTILES
Era día de recoger la basura, recordé... No me quedaba otra cosa que tomar una bolsa, y meditar con acelerada conciencia sobre las cosas inútiles que guardaba en mi casa. Entre chécheres, la vida se va haciendo un verdadero trebejo, y yo no tengo tiempo de repartirle licencias absurdas a las cosas que se acumulan, con tanto amanecer rondando, con tanta caminata esperando, y uno pensando en esas cosas que resultan tan yermas que ni siquiera se dignan a producir estática. Está una botella vacía que no lleva historias adentro, que no conoce el agua salada, y que si se cayera al piso, probablemente añoraría ser parte de un maremoto; y está un guante de cocina, un pedazo de papel con un teléfono escrito, un bisturí roto, y una huella que se aclara encima del escritorio. No olvidemos la telaraña del último cuarto, la nunca visitada telaraña, que a falta de capacidades como fuente de alimentos, terminó haciendo el papel de atrapasueños en las noches más frias, pero siendo tan pegajosa, se cansó de acumular pesadillas, se enredó, y se dedicó a la huelga de la cosa inútil. Tantas cosas inútiles, tan poco tiempo, el café saca a pasear su aroma, y yo me pregunto como quién olvida queriendo rememorar... Qué será de mi alma cuando la muerte me enseñe a hacer un verdadero listado de cosas inútiles...
Era día de recoger la basura, recordé... No me quedaba otra cosa que tomar una bolsa, y meditar con acelerada conciencia sobre las cosas inútiles que guardaba en mi casa. Entre chécheres, la vida se va haciendo un verdadero trebejo, y yo no tengo tiempo de repartirle licencias absurdas a las cosas que se acumulan, con tanto amanecer rondando, con tanta caminata esperando, y uno pensando en esas cosas que resultan tan yermas que ni siquiera se dignan a producir estática. Está una botella vacía que no lleva historias adentro, que no conoce el agua salada, y que si se cayera al piso, probablemente añoraría ser parte de un maremoto; y está un guante de cocina, un pedazo de papel con un teléfono escrito, un bisturí roto, y una huella que se aclara encima del escritorio. No olvidemos la telaraña del último cuarto, la nunca visitada telaraña, que a falta de capacidades como fuente de alimentos, terminó haciendo el papel de atrapasueños en las noches más frias, pero siendo tan pegajosa, se cansó de acumular pesadillas, se enredó, y se dedicó a la huelga de la cosa inútil. Tantas cosas inútiles, tan poco tiempo, el café saca a pasear su aroma, y yo me pregunto como quién olvida queriendo rememorar... Qué será de mi alma cuando la muerte me enseñe a hacer un verdadero listado de cosas inútiles...

A un león se le han comido la lengua los ratones, se encontró despierto y en medio de la selva, mudo, con un bostezo incompleto, y avergonzado tratando de esconder con la melena, el hecho de que esas pequeñas alimañas habían aprovechado el alba para saciarse el hambre con la carne de un pobre rey que tras de que no tiene corona, ahora tampoco tiene lengua. En la confusión del despertar, trató de buscársela entre su cabellera, asomó la cabeza por debajo de las piedras, de las hojas secas, y hasta de los restos de lo que fuere su último almuerzo, pero se dió cuenta que era definitivo, y en confidencialidad con su propia realeza, lloró de para adentro al ver que al león, se le han comido la lengua los ratones.
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