domingo, 14 de noviembre de 2010

Para quien pregunte (cero visitantes)

Y si quieren que les quede claro, para ver si lo dicho en los pasillos era tan cierto como lo dijeron los dicientes, si me quiero morir... Quiero y añoro la muerte sin mucha poesía, sin recurrir a tanta metáfora, simplemente añoro la muerte escurrida sobre mi existencia remota, a ver si allá hay paz, a ver si allá encuentro algo, o nada, o el escape o el silencio... Y si quieren saberlo, la felicidad me huele a mierda, no la conozco, y si la conozco la olvidé por obra y gracia de algún golpe de gracia o simplemente de tanta porquería que se me ha pasado por la cabeza. Si quieren saber cuando sea grande no quiero ser ni Pizarnik, no quiero ser Alfonsina, no quiero ser la heroína del suicidio virtuoso, ni del más silencioso, porque quiero la muerte escurrida, la muerte sorpresiva que no tiene nombre de mujer, que no tiene prosas hipotecadas, ni espacios dedicados, ni notas musicales enclavadas en los tacones. Quiero la muerte, y la quiero ahora... Gracioso pensar que terminará ganando el cansancio...