sábado, 31 de enero de 2009

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Acá no hay más que silencio, y esa misma frase se torna tan repetitiva, como el hecho de que se me olvidó ordenar las palabras y ahora se creen las muy independientes por la anarquía a las que han sido sometidas. Hablar tanto de palabras y sentirlas tan ausentes, estar y no estar como estando en un lugar sin que este exista, tan cierto y tan falso como mis dedos aporreándolas, fracturando el tiempo a ver si depronto por obra y gracia de su alter ego, llego a sentir algo distinto a lo que siempre ha sido y será... Ya predestinada, qué más voy a hacer? preparar un café, llevar la vajilla a la cocina, y esperar a que las ondas del electrocardiograma cojan paticas y hagan un lindo bailesito para mí.

2 comentarios:

Pipediatra dijo...

Me encanta como escribes, un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias... Honor que me hace