viernes, 24 de abril de 2009
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Y es ahora cuando regresan las palabras: 11:44 pm... El cerebro está presto para la discreción y la seriedad de los ligamentos y la patología; los hallazgos son claros, y la mente clarividente. La noche no es musa, el amor tampoco... Las musas han decidido descansar de tanto descalabro mediático, y prefieren ocultarse en la seguridad de las avalanchas de gente. Y la música de nuevo trasladándose entre uno y otro giro, devorando los pocos intervalos de silencio que le quedan al tiempo, y trasponiéndose a la oscuridad como luciérnagas que nunca duermen, pues siempre encuentran quehaceres en las sombras resultantes de los intentos fallidos de la luz por alcanzar la omnipresencia... Es tan sencillo como la armonía misma del ahora y el entonces, el había una vez, y el quizás después... La agenda está repleta de tareas insignificantes que se olvidarán más temprano que tarde, y cuyas repercusiones desconocemos por carecer de la habilidad psíquica de las probabilidades... Mañana hay que estudiar, así como pasado mañana, y luego escapar de las multitudes que esperan impacientes el momento preciso para transformarse en obstáculos. Mañana hay que trabajar, porque la globalización, o porque el sistema, o porque si, o porque no, o porque no hay poesía que pueda ofrecerse a cambio de tranquilidad, o porque no hay dolor que pueda aliviarse por sí solo. Se perdieron de nuevo... Ojalá no existas, lector.
lunes, 20 de abril de 2009
.....A ti....
Las invitaciones están prestas! A la danza y a la embriaguez.... No te canses corazón, que aún nos falta caminar y caminar aunque desandemos espacios y regresemos siempre, encontrándonos en el mismo pero siempre diferente abrazo... Espera paciente o desespera con ansias, como desespera el alma cuando descubre que ha surgido de las brazas o de las fábulas o de las cavernas o del éxtasis de la fascinación. Mira mis letras como estallidos eléctricos de un corazón que se deshace y rehace a cada tic tac del reloj zigzagueante que declara la inminencia del retorno, o la inminencia del te quiero que recorre las venas y culmina su recorrido en un silencio de aquellos en los que pasan las ánimas que escapan del purgatorio para confundir raciocionios irrevocables, o en los que simplemente se decide sellar con un beso lo que las palabras no abordan por esto del kilometraje. Vive con el cuerpo cansado pero exhuberante de vida, vive con el alma herida pero ingenuamente dispuesta a las promesas irrefutables de la felicidad... Vive conmigo, y vive para tí, y mientras me ahogo en los confines y sinfines de las eternas contradicciones de esos ojos tristes y dichosos, de niño, de sol o de viento en placentero ocio, déjame perderme en tus manos, perderme para volver a encontrarme y reconciliarme...
sábado, 11 de abril de 2009
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Otra vez comienzo discutiendo con ellas: que si, que no, que quizás, que tal vez... Y me dejan esperando las muy desgraciadas a sabiendas de mi escasa paciencia. Las necesito visibles e impresas, impuestas o sobrepuestas, aún me conformo con sus sibilancias, aún me conformo con murmuraciones y risitas... Pero las necesito para darle un nombre o un sinónimo, para abordar así sea tangencialmente los confines y sinfines de la historia que ahora sí es mía. Las necesito para decir te quieros, para recriminarle al tiempo sus cínicas limitaciones, las necesito inermes, miopes siempre pero danzantes muletillas o reivindicaciones de plastilina.
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