sábado, 31 de enero de 2009

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Acá no hay más que silencio, y esa misma frase se torna tan repetitiva, como el hecho de que se me olvidó ordenar las palabras y ahora se creen las muy independientes por la anarquía a las que han sido sometidas. Hablar tanto de palabras y sentirlas tan ausentes, estar y no estar como estando en un lugar sin que este exista, tan cierto y tan falso como mis dedos aporreándolas, fracturando el tiempo a ver si depronto por obra y gracia de su alter ego, llego a sentir algo distinto a lo que siempre ha sido y será... Ya predestinada, qué más voy a hacer? preparar un café, llevar la vajilla a la cocina, y esperar a que las ondas del electrocardiograma cojan paticas y hagan un lindo bailesito para mí.

lunes, 26 de enero de 2009

Alguna vez.... 3° Parte


La diestra y la siniestra haciendo de las suyas en ese compaz que siguen perversas las notas musicales en armonioso conjunto con las letras y los signos. La más tonta pero definitivamente bella de las profundidades traducida en un par de cuencas a la espera, simulando estúpidamente, como siempre, que no esperaban nada, y que el llamado "nomeimportismo" de antaño (que palabra tan fea), seguía opacando el "si lo quieres"... definitivamente... si lo quieres... Y el silencio rodeado por el ruido... Shhhhh!! es una biblioteca, y esa tendencia obsesiva de tomarse todo tan al pié de la letra (quizá a modo de reverencia) permite ocultar esas mismas señoras que nos habíamos lanzado a la cara tantas veces como si fuese un juego de almohadas en las que algún mañoso con ínfulas de asesino y una capacidad muscular por encima de la media, decidió cambiar plumas por ladrillos. Caminar solo o caminar con el dueño de las cuencas, ja ¡Valiente diferencia! Y eso se debe precisamente a que caminar sola entre sombras resultaba un placer tan dolorosamente dulce como caminar con... el dueño de las cuencas... Y la gente... (¿Había gente?)... No se ni para qué la menciono. Y una piedrita que depronto resulta revolviéndose con la ocurrencia más cursi de todas las cursis ocurrencias, pero tan infantilmente franca como que esa piedrita se me parecía a un beso.... Antes o después.. El principito despierta y decide que su rosa está bien sola, y que tal vez encontrarse con esa señora espectral que tiene al frente, no es del todo malo, y que resumirlo todo en un solo de tiempo, es más sencillo que continuar con las peleas de almohadas...

domingo, 25 de enero de 2009

Medicina

Alguna vez....2° Parte

Y una vez más, no la primera, ni la segunda, pero si la primera en un claustro dedicado a cuadricular cabecitas que ya estaban medianamente moldeadas por toda esta cuestión de la socialización primaria...Ese rincón, nuestro rincón... Esa canción, nuestra canción... Ese árbol y sus desprendimientos fétidos de buena suerte, los mangos, las hormigas... Tal vez sea demasiado claro mi temor a evidenciarme, quizá porque ya lo hice tiempo atrás (es decir, el alguna vez que a tí corresponde), o porque ella lo hizo en mi lugar como suele suceder cuando se convierte a un ser humano en depósito de confianza (menudo crímen)... Voy por las gafas, ya vuelvo... Embriaguéz ortostática... Pero ahora nada de eso importa; ni los miedos, ni los temores, ni la diplopia, ni la escoliosis, ni el café, ni el frio... Ahora el enfoque es horizontal, el pecho está fracturado y el gasto cardíaco tan estable como siempre.

miércoles, 14 de enero de 2009

Alguna vez.... 1° Parte

La cordura y la locura se desencontraron cuando por cuestión de indecisiones, decidieron perderse la una de la otra por siempre y para siempre... Regresan otra vez, así como son, organizaditas y en filita india, a la espera paciente de ser secuencia y consecuencia. erguidas, casi todas, y extraña y paradójicamente en femenino, y claro está, en plural, porque solo recuerdo algunas de ellas como supervivientes exentas de la pluralidad (yo y mi reincidencia sintáctica)...
Ahí estaba precisamente el cuadro perfecto de la sinrazón saboreándose una chupeta de somnífero. El beso, definitivamente el beso marcando el reborde perfecto para una escena que no puede más que recibir la tilde persistente de la cursilería. El beso que se pidió y que se rogó, que casi que se imploró, aún cuando no lo sabías por andar ocupado con esos asuntos de oriente, o de asia menor, o si me atrevo a pensar en la cantidad de cruces taxonómicos, vaya ud a saber de dónde viene aquella que con todo descaro, dada la ventaja que brinda el anonimato, puedo denominar como " tu especimen". Circuitos ilógicos y absurdos, y la hermandad, y los lazos de sangre que no se si recuerdas, son uno más de los imaginarios que a veces nos inventamos (cuando digo nos no eres tú, ni soy yo, somos muchos en temporadas psicóticas) para darle una excusa (o un excusado) a esa inmunda palabrita que se me atora en la glotis con el desparpajo de un cuerpo extraño. Y la indiferencia, y la no indiferencia, que es peor aún que la indiferencia...
Y la guitarra, y el piano, y las voces al unísono que desconocen por completo su situación de simultaneidad... Descarto el papel de observadora.

martes, 13 de enero de 2009

Definitivamente las palabras no tienen sentido, ¿O es que ya le encontraste alguno? Yo no, y por eso estoy acá dando las mismas vueltas sin sentido sobre las mismas redundancias sin sentido entre los mismos giros sin sentido que da un reloj que no sabe de sentidos aunque piense que el suyo definitivamente está hacia la izquierda. Escribir es tan pero tan insulso, ¿O es que acaso no te has dado cuenta de ello? tus divagaciones, tus profundas y dulces y tristes y lúgubres y tontas divagaciones, no te han indicado tal vez por casualidad que es absurdo todo este absurdo?
Si, hablar en primera persona, si, el sustantivo, el verbo, las conjunciones, los adverbios, la frase como finalidad, la finalidad como frase indiscutible e imperceptible en todo esto que llevamos por tiempo envuelto entre las agendas... Las agendas, y los diarios, y las noticias, y tu, y yo, y quizá aquel señor que mira con desconfianza al otro señor que trata de lidiar con un paraguas que no abre ahora, precisamente ahora que no llueve. Las confesiones... ¿Has visto cómo es el hilo de las confesiones? (estuve a punto de escribir confusiones, te das cuenta lo cerca que están?)... Y que te quiero, y que te odio, y que pienso en ti, y que no te pienso nada, y que te olvido, y que no te olvido nada... Ay dolor, cuanta basura en unas cuantas lineas!

sábado, 10 de enero de 2009

Esa misma señora que mencionábamos con relativa constancia, como si su identificación en pleno discurso cuasisicótico se estableciera como una poca ingeniosa forma de invitarla a la sala de espera. La otra señora también toma el té en la tarde, y dispone de todos los muebles de modo que nadie se atreva a interrumpir sus alcurniosos sorbos. Ambas miran, conversan como si hallaran entre ellas similitudes tan bastas, como los rebordes de las camas y los encajes de las cortinas. El silencio se adueña de todos los espacios, y no hay rincón que permita el rebotar sibilante de las notas musicales, porque la física no es permitida cuando hay costurero, y las irreverencias son exclusividades que solo se permiten cuando ya estableces una relación tan cordial con la primera señora, que su amenaza constante es omitida dado que la invitación ha sido aceptada y finiquitada.
Muerte y Soledad... Que bonitas palabras.
Silencio y punto aparte.

jueves, 8 de enero de 2009

Cuando todavía las aguas no estaban controladas y los ríos en su desborde arrasaban los campos, la diosa madre procreó benéficos descendientes que terminaron ordenando ese caos diluvial.

Trabajando en el control de los ríos, de los lagos, del mar y de las nubes, los brillantes dragones navegaron por las aguas y el cielo. Con zarpas de tigre y garras de águila, rasgaban con estruendo las cortinas de lo alto que chispeando ante el descomunal embate dejaban en libertad a las lluvias.

Ellos dieron cauce a los ríos, contención a los lagos y profundidad a los mares. Hicieron cavernas de las que brotaba el agua y por conductos subterráneos las llevaron muy lejos para que surgieran de pronto, sin que el asalto abrasador del sol las detuviera.

Trazaron las líneas que se ven en las montañas para que la energía de la tierra fluyera, equilibrando la salud de ese cuerpo gigantesco. Y muy frecuentemente tuvieron que luchar con las obstrucciones que provocaban los dioses y los hombres ocupados en sus irresponsables afanes.

De sus fauces brotaba como un humo la niebla, vivificante y húmeda, creadora de mundos irreales. Con sus escamosos cuerpos serpentinos cortaban las tempestades y dividían los tifones. Con sus poderosos cuernos; con sus afilados dientes, ningún obstáculo era suficiente, ningún enredo podía permanecer.

Y gustaban de aparecerse a los mortales. A veces en los sueños, a veces en las grutas, a veces en el borde de los lagos, porque en éstos solían tener sus escondidas moradas de cristal en las que bellos jardines se ornaban con frutos destellantes y con las piedras más preciosas.

El Long inmortal, el dragón celeste, siempre puso su actividad (su Yang) al servicio del Tao y el Tao lo reconoció permitiéndole estar en todas las cosas, desde lo más grande a lo más pequeño, desde el gran universo hasta la partícula insignificante. Todo ha vivido gracias al Long. Nada ha permanecido inmutable salvo el Tao innombrable, porque aún el Tao nombrable muda y se transforma gracias a la actividad del Long. Y ni aún los que creen en el Cielo y el Infierno pueden asegurar su permanencia.

Pero el Long ama al Feng, al ave Fénix que concentra el germen de las cosas, que contrae aquello que el Long estira. Y cuando el Long y el Feng se equilibran el Tao resplandece como una perla bañada en la luz más pura.

No lucha el Long con el Feng porque se aman, se buscan haciendo resplandecer la perla. Por ello, el sabio arregla su vida conforme al equilibrio entre el Dragón y el Fénix que son las imágenes de los sagrados principios del Yang y el Ying.

El sabio se emplaza en el lugar vacío buscando el equilibrio. El sabio comprende que la no-acción genera la acción y que la acción genera la no-acción. Que el corazón de los vivientes y las aguas del mar, que el día y la noche, que el invierno y el verano, se suceden en el ritmo que para ellos marca el Tao.

Al fin de esta edad, cuando el universo haya llegado a su gran estiramiento, volverá a contraerse como piedra que cae. Todo, hasta el tiempo, se invertirá volviendo al principio. El Dragón y el Fénix se reencontrarán. El Yang y el Ying se compenetrarán, y será tan grande su atracción que absorberán todo en el germen vacío del Tao. El cielo es alto, la tierra es baja; con esto están determinados lo creativo y lo receptivo... con esto se revelan los cambios y las transformaciones.

Pero nadie puede saber realmente cómo han sido ni cómo serán las cosas, y si alguien lo supiera no podría explicarlo.
El que sabe que no sabe es el más grande; el que pretende que sabe pero no sabe, tiene la mente enferma. El que reconoce la mente enferma como que está enferma, no tiene la mente enferma. El sabio no tiene la mente enferma porque reconoce a la mente enferma como la mente enferma.

*Leyenda de China.

miércoles, 7 de enero de 2009

Prometeo Encadenado


"-A las palabras han seguido los hechos. La Tierra vacila, y el trueno
ruge sordamente en sus profundidades; en zigzagues inflamados
estallan los rayos en el aire y el furioso Cielo levanta el polvo en
torbellinos. Los vientos todos se precipitan unos contra otros; se
ha abierto entre ellos la contienda, y el aire y el mar se confunden.
He aquí la fuerza desatada lanzada con toda certeza contra mí
por la mano de Zeus, para infundirme espanto. ¡Oh majestad de
mi madre!, ¡oh éter, que haces girar alrededor del mundo la luz
que nos alumbra a todos, contemplad las iniquidades que he de
padecer!
(Resuena un trueno horrísono; las rocas saltan en pedazos y PROMETEO
queda sepultado en ellas.)"